El Festival de Música Andina Colombiana Mono Núñez culminó su quincuagésima primera edición con un cierre vibrante, consolidando su lugar como el epicentro de la música andina en Colombia. Durante cuatro días del 29 de mayo al 1 de junio los escenarios se llenaron de talento, pasión y tradición, reuniendo a artistas que mantienen viva esta riqueza sonora.
Mono Núñez: noche de gala y premios
La gala final, celebrada en el Coliseo Gerardo Arellano, fue el momento más esperado. Allí, el jurado calificador anunció a los ganadores que conquistaron tanto sus corazones como los del público.
Laura María Vargas, representante del departamento de Caldas, se llevó el Gran Premio Mono Núñez en la modalidad vocal, gracias a una interpretación impecable que fusionó técnica y emoción. Su propuesta, auténtica y fresca, dejó claro que la música andina sigue viva en las nuevas generaciones.
En la modalidad instrumental, el dueto Los Príncipes, provenientes de Boyacá, conquistó el primer lugar. Su presentación destacó por la conexión con el público y un virtuosismo que fusionó lo clásico con lo contemporáneo, consolidando la vigencia de la música instrumental andina colombiana.

Mono Núñez: creatividad y tradición en obras inéditas
El festival también celebró las obras inéditas que resaltaron la creatividad de nuevos compositores.
- En la modalidad vocal, “Incendio”, un vals compuesto por María Isabel Mejía Gómez e interpretado por Juliana Escobar Herrera, se llevó el primer lugar por su lirismo y sensibilidad poética.
- El segundo puesto fue para “Abril”, un pasillo escrito e interpretado por Laura Vargas Rincón, quien también brilló en el homenaje al maestro Francisco Durán Naranjo.
- El tercer lugar recayó en “Paisaje en Mí”, un evocador bambuco de Darío Alberto Londoño con letra de Luisa Fernanda Díaz, interpretado por la Agrupación Musical Bell Canto.
En la categoría instrumental, la obra inédita ganadora fue “Refugio”, un bambuco compuesto por Carlos Andrés Marcillo Quiroz e interpretado por Ciprés Trío, cuyo virtuosismo y precisión técnica cautivaron a todos.
El segundo puesto fue para “Los Rosales”, una danza compuesta por Miller Verano Chiquiza e interpretada por Bogotanísimo, quienes ofrecieron un espectáculo lleno de matices rítmicos.
Cerrando el podio, “Algodón de Azúcar a Dos Mil”, un fox-trot de Óscar Santafé interpretado por Sexteto Copaiba, sorprendió al público con su propuesta fresca y moderna.
Mono Núñez: semillero de talentos andinos
Este festival, que año tras año reúne a lo mejor de la música andina, es mucho más que un concurso: es una plataforma que impulsa el talento joven y fomenta la continuidad de estas expresiones culturales.
La edición 51 del Mono Núñez demostró que la música andina no solo se mantiene vigente, sino que sigue reinventándose y conquistando nuevas generaciones de oyentes y músicos.
Con un ambiente cargado de energía y un nivel artístico impecable, el Festival Mono Núñez cerró con broche de oro, reafirmando su papel como la vitrina más importante de la música andina colombiana y un espacio vital para quienes aman y viven este género.
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