Reflexiones Sobre el uso de IA en el Ambito Pedagógico.

La educación está en constante evolución, y la tecnología se ha convertido en una aliada imprescindible en este proceso.

Durante la pasada Feria del Libro de Cali, tuve la oportunidad de participar como tallerista en dos espacios dentro de la carpa de la Secretaría de Educación de Cali. Estas experiencias no solo me permitieron compartir conocimientos, sino también reflexionar sobre el impacto de la tecnología en el trabajo docente y el papel fundamental de la capacitación de los docentes.

La capacitación constante se erige como un pilar fundamental en este proceso. Los docentes no solo deben mantenerse al día con las tendencias tecnológicas, sino también ser capaces de adaptarse a las realidades de sus aulas y comunidades. Esto implica un aprendizaje continuo y una actitud abierta hacia la innovación, aspectos que fortalecen nuestra capacidad para enfrentar los desafíos, y es que debo resaltar, entre las muchas apuestas por la formación; una que por estos días me resulta atractiva y que quizá muy pocos conocen, se llama Crack the Code, en la cual, muchos docentes de Cali han asumido el reto de aprender y enfrentar el desafío de hacer de las inteligencias artificiales su aliada en procesos de diseño y preparación de clases, pues la apuesta, realmente puede ir más allá de una simple formación; en un momento histórico para Colombia, donde urge reglamentación, legislación, pero sobre todo acompañamiento a estos temas, que aunque suene duro son desconocidos por muchos docentes.

Son estos «ires y venires de estos días» los que me llevan entonces a compartir algunas reflexiones esperando una vez más que este medio y estas líneas apunten hacia la construcción positiva y asertiva de una nueva pedagogía medida por las IAS, pues el auge de la inteligencia artificial (IA) plantea un sinfín de oportunidades y desafíos en el ámbito educativo, especialmente en el proceso de preparación de clases. Como docentes, es imprescindible reflexionar sobre cómo integrar esta herramienta de manera ética, efectiva y enriquecedora para nuestro trabajo profesional.

@gustagamo en la FILCALI 2024
@gustagamo en la FILCALI 2024

1. Potencial de la IA como asistente pedagógico.

La IA permite automatizar tareas repetitivas, como la generación de materiales didácticos personalizados o la corrección de ejercicios, lo que libera tiempo para que los docentes enfoquen su energía en aspectos más creativos e interpersonales del proceso educativo. Herramientas como ChatGPT o plataformas de análisis de datos educativos ayudan a desarrollar actividades alineadas con las necesidades de los estudiantes, fomentando un aprendizaje más adaptativo.

Sin embargo, esta capacidad no debe convertirse en una excusa para delegar completamente la preparación de clases. Es esencial que el docente mantenga su papel como diseñador principal del proceso educativo, garantizando que los contenidos sean relevantes y alineados con los objetivos curriculares.

2. La IA como fuente de inspiración, no de sustitución.

La inteligencia artificial es capaz de generar ideas, plantear ejemplos novedosos y ofrecer múltiples enfoques sobre un tema, ampliando las perspectivas de los docentes. Pero esta abundancia de información debe ser evaluada críticamente. Por ejemplo, una actividad sugerida por la IA puede parecer creativa, pero podría no ajustarse al contexto cultural o nivel educativo de los estudiantes.

Es necesario fomentar una postura reflexiva en los docentes, quienes deben actuar como mediadores que filtran y adaptan los insumos proporcionados por la tecnología, priorizando siempre el aprendizaje significativo.

Paulo Freire enseñando a jóvenes con un smartphone- Imagen generada con IA
Paulo Freire enseñando a jóvenes con un smartphone- Imagen generada con IA

3. Ética en el uso de la IA.

El uso de la IA también nos desafía a reflexionar sobre cuestiones éticas. Por ejemplo, ¿es justo depender de algoritmos para tomar decisiones sobre estrategias pedagógicas? Además, el plagio o la sobre dependencia de textos generados automáticamente podrían socavar los valores que promovemos como educadores, como la originalidad y la rigurosidad académica.

Para afrontar estos retos, es necesario establecer lineamientos claros que definan el uso de la IA en la docencia, priorizando su integración como una herramienta complementaria y no como un sustituto del conocimiento experto del docente.

4. Preparación profesional y formación continua.

El aprovechamiento de la IA requiere que los docentes se mantengan en constante actualización. Conocer las herramientas disponibles, comprender sus algoritmos y limitaciones, y adquirir competencias para evaluarlas críticamente son pasos indispensables. Las instituciones educativas deben liderar este proceso, ofreciendo formación en tecnologías emergentes que favorecen una implementación efectiva y consciente de la IA en el aula.

5. El equilibrio entre la tecnología y la pedagogía.

Finalmente, es importante recordar que el eje de la educación siempre debe ser el estudiante. Las tecnologías, incluida la IA, deben estar al servicio de la pedagogía, no al revés. Aunque la IA tiene un gran potencial para optimizar la preparación de clases, no puede reemplazar la conexión humana, la empatía y la creatividad que los docentes aportan a la enseñanza.

Conclusión

La IA representa una oportunidad transformadora para la preparación de clases, siempre que sea utilizada con criterio y responsabilidad. Como docentes, tenemos la responsabilidad de abrazar esta innovación sin perder de vista los principios fundamentales de nuestra profesión: formar ciudadanos críticos, creativos y comprometidos con el aprendizaje. El equilibrio entre la tecnología y la pedagogía es clave para construir un futuro educativo inclusivo y significativo.

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