Música y Comunidad en el Go Fest.

La música del Go Fest une a la comunidad

El Bulevar de La Carbonera despertó el fin de semana con un espíritu renovado: música en vivo, grafitis que contaban historias, gastronomía local y familias enteras disfrutando de un festival que fue mucho más que un espectáculo. El Go Fest, un evento vibrante y lleno de color, transformó las calles en un gran escenario donde los sonidos de guitarras y las risas de los asistentes se mezclaron con el murmullo de la ciudad.

Desde temprano, la atmósfera se impregnó de un aire de pertenencia. Familias enteras llegaron para compartir y participar en un evento que demostró que la música no entiende de edades. Los abuelos se sumaban a los aplausos, los padres se movían al ritmo de las bandas, y los más pequeños exploraban rincones llenos de libros y actividades creativas.

La música del Go Fest impulsa la economía local

El Go Fest no solo fue un punto de encuentro cultural, también abrió espacio para los emprendedores. La zona gastronómica fue testigo de sabores auténticos, desde el tradicional horneado de leña hasta las empanadas de arroz con queso. Emprendimientos como el de Kelly Johana Ponce encontraron en este festival una oportunidad para crecer y generar empleo, especialmente para mujeres cabeza de familia que ahora cuentan con un sustento gracias a este tipo de eventos.

Música y Comunidad en el Go Fest.
Música y Comunidad en el Go Fest.

Pero el verdadero valor del Go Fest estuvo en su capacidad de tejer lazos. No era necesario un gran escenario para ver cómo la gente conectaba: los talleres de lectura improvisados, los puestos de comida artesanal y los grupos de amigos que se formaban entre desconocidos fueron testimonio de un festival pensado para todos.

Cuando la música trasciende

El escenario principal vibró desde el mediodía con las agrupaciones locales de la EMA. Jóvenes músicos, como la agrupación del maestro Jesús Castañeda, emocionaron al público con presentaciones que hicieron brotar lágrimas de orgullo y alegría. Por primera vez, muchos asistentes no tuvieron que viajar a otra ciudad para disfrutar de un espectáculo así. Las calles del Bulevar La Carbonera se convirtieron en una gran pista de baile donde la comunidad era la protagonista.

Un festival que deja huella

Cuando el sol comenzó a caer, el espíritu del Go Fest seguía encendido. Familias enteras se sentaban en el césped, compartían historias y se despedían con abrazos largos, como si no quisieran que la noche terminara. Para muchos, el festival fue un recordatorio de que, juntos, se pueden lograr cosas grandes y hermosas.

El Go Fest cerró su jornada con un mensaje claro: la música y el arte tienen el poder de transformar y unir a toda una comunidad.

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