La icónica marca italiana cambia de manos en un acuerdo estratégico que promete revolucionar el mercado del lujo global.
Una jugada maestra en el tablero del lujo. El Grupo Prada ha oficializado la compra de Versace, uno de los nombres más emblemáticos de la moda italiana, en una transacción que valora la operación en 1.250 millones de euros. Esta cifra, aunque sujeta a ajustes al cierre, representa un precio considerablemente menor a los 1.830 millones que Capri Holdings desembolsó en 2018 para adquirir la firma fundada por Gianni Versace.
La noticia sacudió la industria del lujo este jueves, no solo por el movimiento estratégico en sí, sino también por lo que representa: una clara apuesta de Prada por fortalecer su posición en un sector que evoluciona a pasos agigantados. Y es que Versace potencia el crecimiento del conglomerado milanés al aportar una marca con una identidad visual audaz, una historia poderosa y un enorme potencial sin explotar.
Versace potencia el legado de Prada
Prada no escatimó elogios al anunciar la incorporación de Versace a su portafolio. Patrizio Bertelli, presidente y CEO del grupo, expresó su entusiasmo por el inicio de esta nueva etapa, destacando los valores compartidos entre ambas casas: creatividad, artesanía y un profundo respeto por el patrimonio.
“Nuestro objetivo es continuar el legado de Versace celebrando y reinterpretando su estética atemporal, mientras le proporcionamos una plataforma sólida que impulse su evolución”, declaró Bertelli. En este sentido, Versace mantendrá su ADN creativo intacto, pero se beneficiará de la infraestructura industrial, la experiencia operativa y la capacidad de ejecución minorista de Prada.
El acuerdo se concreta un mes después del anuncio de la salida de Donatella Versace como directora creativa, aunque seguirá vinculada a la marca como embajadora, garantizando cierta continuidad en la identidad de la firma.
Versace potencia el futuro del conglomerado
Andrea Guerra, CEO del Grupo Prada, se mostró confiado en la capacidad de la organización para integrar Versace sin perder su esencia. “La adquisición añade una dimensión diferente y complementaria a nuestro grupo”, afirmó, resaltando que la evolución de una marca como Versace requiere paciencia, visión estratégica y ejecución disciplinada.
En un entorno donde el mercado del lujo se enfrenta a múltiples desafíos e incertidumbres, Prada apuesta por la sinergia con Versace para consolidar su presencia global y responder con solidez a las demandas cambiantes de los consumidores. Esta operación no solo potencia la cartera del grupo, sino que redefine el equilibrio de poder en el universo fashion.
Con esta movida, Prada demuestra que no se trata solo de moda, sino de estrategia, visión y, sobre todo, de seguir construyendo historia dentro de una industria donde el prestigio y la innovación son clave.
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