CALI NO ES UN CENICERO y tú tampoco.

Con una combinación de colilleros interactivos, educación callejera y compromiso ciudadano, Cali se pone en modo limpio. La frase “CALI NO ES UN CENICERO” ya no es solo una campaña: es un grito urbano que pide respeto por el espacio público y una transformación en los hábitos de los fumadores.

 CALI NO ES UN CENICERO ni una papelera gigante

Una alianza entre el DAGMA, No Más Colillas Colombia, Equilibra y Coltabaco dio vida a esta potente iniciativa que ya empezó a cambiar el panorama urbano del barrio Granada. Durante tres meses, entre las calles 12 y 17 y desde la carrera 4 hasta la 9, se instalarán 10 colilleros interactivos y 30 colilleros masivos que buscan atrapar el problema de raíz: las colillas de cigarrillo tiradas sin conciencia.

CALI NO ES UN CENICERO y tú tampoco.
CALI NO ES UN CENICERO y tú tampoco.

Y no solo se trata de instalar basureros. Esta acción viene acompañada de jornadas educativas en las calles donde los fumadores podrán aprender, compartir y reflexionar sobre su rol en la contaminación invisible. Porque sí, esas pequeñas colillas pueden parecer inofensivas, pero en solo dos semanas se contaron más de 20.000 en el suelo.

La apuesta va más allá de lo simbólico. Según el DAGMA, las colillas son residuos invisibles de alto impacto: contaminan agua, dañan el suelo, afectan la fauna y hasta pueden provocar incendios. Por eso, este plan no es cosmético. Es urgente.

 CALI NO ES UN CENICERO y merece respeto

La iniciativa llega a Cali tras un exitoso paso por Bogotá y Medellín. En la capital, la campaña logró reducir un 40% el número de colillas en tres zonas de intervención, recolectando más de 120.000 en apenas nueve meses. Medellín no se quedó atrás: con 80 colilleros estratégicamente ubicados, lograron una reducción del 54% y educaron a más de 11.000 fumadores.

“Más que una campaña, es una invitación a cambiar nuestros hábitos diarios”, señaló Silvia Barrero, vocera de Coltabaco. Para ella, este tipo de esfuerzos solo tienen sentido cuando se articulan el sector público, privado y la ciudadanía. “Solo así lograremos una Cali más responsable con su entorno”.

Desde el DAGMA, Diego Benavides, subdirector de Calidad Ambiental, subrayó que estas estrategias son clave para la gestión de residuos invisibles, como las colillas. Además, destacó cómo estas afectan a aves y mamíferos que pueden ingerirlas por error y morir intoxicados.

CALI NO ES UN CENICERO y tú tampoco.
CALI NO ES UN CENICERO y tú tampoco.

Cultura ciudadana y conciencia en las calles

El mensaje es claro: CALI NO ES UN CENICERO y las colillas no deben terminar en el suelo. La campaña no busca culpar, sino educar. Porque tener una ciudad más limpia comienza con un gesto tan simple como buscar un colillero.

Este tipo de movimientos demuestra que los caleños sí están dispuestos a hacer la diferencia. Solo se necesita una guía, una motivación y un poco de voluntad. Y si además se vuelve divertido, interactivo y comunitario, mejor.

Cali se une así a una red nacional que entiende que el cambio climático también empieza por las pequeñas acciones diarias. Y que cada colilla que no termina en la calle es un paso hacia una ciudad más verde, más limpia y más viva.

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