Alimentación Clave Tras Cirugía.

Cuando se trata de recuperarse bien después de una operación, lo que comes importa… ¡y mucho! La alimentación postoperatoria puede marcar la diferencia entre una recuperación rápida y sin contratiempos o una llena de complicaciones como infecciones, estreñimiento o incluso vómitos. Por eso, cada vez más especialistas resaltan que no se trata solo de “comer sano”, sino de adaptar tu dieta al tipo específico de cirugía que te hayan hecho.

No es lo mismo recuperarse de una operación maxilofacial que de una intervención gástrica o ortopédica. Cada procedimiento tiene necesidades nutricionales distintas. Por ejemplo, si la cirugía fue en la cara o la boca, lo ideal son alimentos líquidos o semiblandos. Si fue estomacal, hay que decirle adiós temporalmente a los lácteos enteros, legumbres o comidas muy grasas. Y si fue ortopédica, no hay tantas restricciones, pero eso no significa que puedas abusar de cualquier cosa.

  

Alimentación: clave en cada fase del postoperatorio

En las primeras 24 a 48 horas después de la cirugía, lo mejor es mantener comidas suaves, bajas en grasa, ricas en proteínas y sin procesar. Estas ayudan a que el cuerpo comience a cicatrizar sin tener que lidiar con digestiones pesadas.

Pero la cosa no es solo textura: lo que lleva cada plato también es vital. Nutrientes como las vitaminas A, C, E, B, además de minerales como el zinc, calcio y magnesio, son auténticos héroes en la regeneración de tejidos y la lucha contra la inflamación. El omega 3 también tiene su papel, reduciendo procesos inflamatorios que pueden retrasar la recuperación.

Alimentación Clave Tras Cirugía.
Alimentación Clave Tras Cirugía.

Ahora, si ya comes balanceado, probablemente no necesites suplementos vitamínicos. Pero ojo, esto no es excusa para improvisar. La guía de un profesional sigue siendo esencial para saber si tu alimentación está en el punto correcto.

Alimentación: clave también contra efectos secundarios

No es raro que durante el postoperatorio aparezcan molestias como el estreñimiento, náuseas o vómitos. La buena noticia es que todo esto también se puede manejar con una alimentación adecuada. Para el estreñimiento, por ejemplo, es clave aumentar la ingesta de agua (nada de bebidas azucaradas), sumar fibra natural con frutas y vegetales, y moverse apenas el médico lo permita. En intervenciones como las colorrectales, esto puede variar, así que hay que tener cuidado.

¿Sientes náuseas? Divide tus comidas en pequeñas porciones, evita combinar sólidos con líquidos y prefiere platos fríos o a temperatura ambiente, con olores suaves. Así tu estómago no se rebela y puedes seguir nutriéndote correctamente.

Aunque muchas veces no lo parezca, lo que pones en tu plato después de una cirugía tiene un peso enorme en tu bienestar. Alimentarte bien es más que una elección, es parte de tu tratamiento. Así que nada de improvisar: dale a tu cuerpo lo que necesita para sanar como se merece.

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